lunes, 15 de febrero de 2010

Castrati: los hombres que cantaban con voz de mujer


Voy a comentar esta semana y las sucesivas un tema que, durante mucho tiempo fue tabú,pero que hoy está bastante documentado.

La historia de los castrati es uno de los episodios más tristes de la humanidad. Se castraban con el fin de preservarles la voz, en una época donde reinaba, por encima de todo, el gusto por las notas hiper agudas, más que la interpretación y declamación del texto.

Pero sólo el 10 % de los niños hacia carrera, o sea, que si se castraban al año 4.000 niños en Nápoles triunfarían 40; el resto moriría durante o después de la operación o no desarrollaría la voz como era esperado.

Esta práctica empezó en el año 1555 cuando se tiene noticia de los primeros castrati, pues por orden de la iglesia, las mujeres tenían prohibido cantar en templos y teatros. Esta Ley no fue abolida hasta el año 1902.

El resultado de esta operación era la consecución de una voz aguda, dúctil y flexible, diferente a la de la mujer, a la del hombre y a la del niño. Su potencia era fuera de lo común gracias a la respiración y caja torácica tras largos años de entrenamiento vocal.

La castración se producía entre los 7 y 12 años de edad y los niños solían pertenecer a clases sociales bajas y pobres, por lo que si superaban la intervención, les esperaba fama, gloria y dinero.

Los castrati, podían ser de 3 clases: los que desarrollaban grasa en pechos, caderas y nalgas como una mujer, con pelvis ancha y muslos de grosor considerable.

Otros tenían gran estatura, con brazos y piernas anormalmente largos, con tórax ancho y corto y por último, los que no sufrían cambios de morfología.

Sus pieles eran satinadas, sin vello corporal y con retracción del pene. Pero una cosa común a las tres variantes es el estancamiento en el desarrollo de la laringe consiguiendo así una voz aguda de niño.

Continuará...

1 comentario:

  1. Me encanta esta nueva linea que abres hoy faricallas, ya tengo ganas de leer la continuación. Me fascinan estos seres tan especiales, estrellas indiscutibles de su tiempo.
    Siempre he pensado que las vedettes toman el testigo de los castrati en el uso de las plumas y adornos singulares.

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