Con la llegada del verano París se viste de lujo y glamour. Se celebra la semana de la alta costura de la temporada de invierno del año que viene. Cuando era corista en el Folies Bergere siempre deseé estar en primera fila de algunos de los desfiles.
Naturalmente hasta que no fui nombrada primera vedette ese mundo estuvo vetado para mi. Pero en cuanto cumplí mi sueño las invitaciones comenzaron a llover. Y vestir aquellos trajes para noches de fiestas maravillosos, ya fuesen comprados o regalados. Y no como ahora, que las famosas van con trajes prestados.
Desafortunadamente me tuve que deshacer de la mayoría de ellos.
No quiero ni pensar que alguien los pueda lucir que no sea yo. Siempre quise que fuesen para el museo que llevará mi nombre.
Recuerdo como si fuese ayer mi primer desfile. De la mano del director de vestuario del Folies me llevó a ver el desfile de Dior. Codeándome con la gente de la alta sociedad parisina, desde la baronesa Rosthild, la begum Aga Khan y Catherine Deneuve.
El desfile me deslumbró como no podía ser de otra manera. Marc Bohan había logrado mantener el espíritu del gran Christian Dior. No tardé demasiado en entrar en esa cerrada sociedad como primera vedette. Y mi armario se llenó de prendas de Dior, Chanel, Balenciaga y muchos más.
Hoy he recibido una carta de un joven admirador. Mi admirador es tan detallista y como sabe que me gustan estas cosas me pide que le acompañe al desfile de Dior. Elpidia en broma le llama David Galiano. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Pero supongo que aún reconocerán a la que fue primera vedette del Folies
