Una vez más 54escalones ha sido seleccionado para participar en un Festival, el tercero tras haber participado en la XXX Mostra de Valencia y Tirant Avant 2010 en la sección de cortometrajes en video.
Esta vez optamos al premio a mejor corto valenciano y mejor banda sonora original del IX Festival Internacional de Cortometrajes Radio City.
54escalones se proyectará, junto a otros cortos participantes, el día 9 de mayo de 2010 a las 22:00 horas en Radio City, c) Santa Teresa nº 19 de Valencia (Barrio del Carmen)
Los premios son otorgados por el público por lo que todo el que acuda podrá votar por su favorito, que esperamos que sea 54escalones.
Desde aquí os animamos a venir a ver el cortometraje.
El mal ajeno es el primer film dirigido por Oskar Santos y la primera vez que Alejandro Amenábar produce una película para un tercero.
Oskar y Alejandro estudiaron juntos en la escuela de cine. Ambos han colaborado a los largo de los años.Oskar fue el director del documental para televisión Un viaje mar adentro sobre el rodaje del escarizado film, y su corto El soñador, partió de una historia ideada por Amenábar y que él mismo le produjo.
En esta ocasión, el guión esta firmado por Daniel Sánchez Arévalo, el director de Azuloscurocasinegro y Gordos. La originalidad de la historia reside en la mezcla de lo sobrenatural con las vivencias en un hospital donde la vida y la muerte penden de un hilo.
Los protagonistas del film son viejos conocidos de la filmografía de Amenábar, puesto que los papeles principales están interpretados por Eduardo Noriega y Belén Rueda.
Noriega interpreta a un médico que tras pasar muchos años encargado de enfermos terminales se ha inmunizado ante el dolor de los demás, por lo que huye de cualquier implicación personal, incluso con su familia.
Una noche el protagonista es herido de bala, un suceso que le llevará a tomar decisiones que afectarán a sus pacientes (la colombiana Angie Cepeda y Carlos Leal), a su ex mujer (Cristina Plazas), a su hija (Clara Lago), a su padre (José Ángel Egido) y a una misteriosa mujer (Belén Rueda)
La propuesta estética del director es muy interesante pues continuamente esta jugando con enfoques y desenfoques muy sugerentes que añaden intriga y ritmo a la historia.
Por otro lado, contrasta la frialdad de los colores utilizados donde predomina los tonos grises y metálicos mezclado con ambientes claustrofóbicos, en una historia donde los sentimientos están a flor de piel, pues esta en juego la vida de muchas personas.
El equilibrio entre lo sobrenatural y lo real está muy bien llevado por lo que mantendrá al espectador en vilo hasta el final para descubrir qué es lo que esta pasando.
La ópera, en la época de la II Guerra Mundial estaba muerta, en cuanto a contenido y actuación de sus intérpretes, pues por encima de todo primaba el lucimiento y belleza de la voz de los cantantes sin dar importancia al resto de la trama; pero esto cambiará cuando llegue María Callas que, con una carrera fulgurante, volverá a insuflar de vida un género que se creía extinto para siempre.
En aquella época estaban en el repertorio operístico algunas obras de Verdi, de Bellini( Norma), de Rossini( El Barbero de Sevilla) y de Donizetti( Lucia di Lammermoor, vehículo exclusivo vocal de las sopranos ligeras por la cantidad de notas sobreagudas que contiene). Por lo tanto, Callas tiene a su encargo un trabajo titánico: restablecer la verdad dramática de las óperas, perdida antaño con sus dos armas que son su voz y su gran coraje.
Realizó una gran reforma musical y dio al canto su verdad, pulsación, y ritmo perdido y lo liberó de la forma gratuita al declamar, pues el texto de las óperas había perdido hasta su significado.Su forma de cantar se apoya en la tradición vocal de las escuelas napolitana y española y la interpretación de sus personajes es muy modernista, comparado con otras sopranos de su época y no olvidemos que tenia una intuición innata para cantar y actuar, por lo que era muy segura en el escenario, a pesar de su miopía.
Lo sacrifica todo con tal de que su público, que a veces es desconfiado, la acepte y llega a perder 37kg en un año para hacer creíble la encarnación de estos personajes operísticos.
Lo que sigue firme en ella a lo largo de toda su vida es su carrera, a la que es fiel y sus ideales, que defiende con increíble perseverancia.Y, precisamente, su carrera es el mejor testimonio de su vida.
Voy a rendir homenaje a una gran diva de la ópera, como es María Callas.
Nació de rebote en Nueva York el 2 de diciembre de 1923 y murió en París el 16 de septiembre de 1977.
Poseía una voz, en su mejor época, de 3 octavas (algo inusual en el s.XX) y no era bella pero la utilizaba de una manera muy eficaz, dándole a cada palabra una tridimensión como no ha sabido hacerlo otra igual.
Estudio con la soprano española Elvira de Hidalgo, en Atenas y pronto se hizo famosa por su extraordinaria versatilidad, pues canto casi todo el repertorio operístico, desde Verdi y Puccini pasando por Wagner, Bellini, Rossini y varias óperas del clasicismo(La Vestale, Ifigenia en Táuride, Alceste...)
Además de cantar, actuaba, cosa rara en este mundo y llego a ser una grandísima actriz trágica y también cómica.Pero este sobre esfuerzo aceleró el deterioro de su voz, muchas veces achacado también a su pérdida de peso( perdió 37 kg en un año).
Durante su carrera, que verdaderamente fue de 10 años (1949-1959 tuvo que enfrentarse a múltiples críticas, como la rivalidad absurda con otra gran soprano que era Renata Tebaldi con la finalidad de incrementar los ingresos de las casas discográficas de ambas y se enemistaran sus públicos.
Se casó en 1949 con el empresario Giovanni Battista Meneghini, separándose diez años más tarde y enamorándose de Onassis, quien poco a poco la fue apartando del canto hasta su retiro en 1965.
Estuvo cuatro años "viviendo" como decía ella, hasta que en 1968 protagonizó la película Medea, de Pasolini, pero sin cantar y en los años 1971-72 y 1973 impartió clases para nuevas voces en el Juilliard School de Nueva York.
En el año 1973 decidió, junto a su colega Giuseppe di Stefano realizar una gira mundial de conciertos acabando en la ciudad de Sapporo (Japón) donde se escucho cantar a María por última vez.
Murió en su apartamento de la avenida Georges Mandel de París de un ataque cardíaco y sus cenizas se esparcieron por el mar Egeo, como era su deseo.
